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Descripcion
Muchas veces lo supo por boca de su padre. Los tiempos eran difíciles. La afluencia de emigrantes, y entre ellos de gente indeseable, producto de la guerra terminada recientemente, convertían la frontera en un infierno. La ley la encarnaban las pistolas. Ningún código legal podía aplicarse a los delincuentes, porque faltaba la fuerza fundamental para mantenerlo, para hacer que se respetara a rajatabla. No queda decir esto que faltara en Pinos Altos un representante legal, impuesto por unas elecciones que, si bien no aparecían claras y terminantes, al menos llevaron el viso de legales.Buck Duncan era aquel sheriff. Había venido, según él mismo contaba, de las regiones norteñas del North Platte River, en Wyoming, donde habíase destacado en la lucha contra los pielrojas. Conocía la vida y costumbres de los indios, el malvivir de los forajidos, la psicología de todos aquellos proscritos de la frontera. Pero, en realidad, Buck Duncan nunca tuvo deseos de aplicar el Código federal a rajatabla, como le estaba ordenado. No decía nada en contra ni a favor de estas determinaciones de las leyes y su ejecutoria. Pero en él podía aprenderse el apego de un hombre a la existencia. Por ello, sin que su trato con los forajidos fuera descarado, solía mantener una estrecha amistad con todos los que podían liquidarlo en un instante, empleando aquel consabido proyecto del tiro por la espalda. Buck Duncan era enérgico, valiente si se quiere, pero precavido, consciente de lo que más le importaba.
Opiniones Venganza cumplida Nik Randaim